Rubia
Tuesday, September 21, 2004
¡Qué distinto era en Vallejos! A la tarde venía alguna amiga, charlábamos, escuchábamos la novela, bueno, eso cuando no trabajaba en la tienda, pero acá ¿qué gané con venirme a Buenos Aires? No conozco a nadie, los vecinos son unos italianos recien venidos más brutos que no se qué, y una rubia que debe ser mantenida, mi marido está seguro. No sé con quién podría charlar, con nadie, y a la tarde trato de coser un poco y mientras les vigilo los deberes a estos animales. ¿Usted sabe lo que son dos chicos encerrados een un departamento? juegan con los autitos corriendo entre los muebles. Menos mal que no tengo los muebles buenos todavía, por eso no quiero llamar a la gente de Vallejos para visita, después salen criticando que no tengo amueblada la casa de lujo, como ya pasó una vez, no le digo quién fue, qué se gana...(Boquitas Pintadas, Manuel Puig)